«Yo soy»
Hoy os lo voy a poner un poco difícil. Pero no mucho. Las palabras del evangelio de Juan son ventanas abiertas a horizontes inconmensurables, y no podemos pasar por allí sin asomarnos. Un día las cruzaremos. Hoy tan sólo nos asomamos.
Si no creéis que «Yo soy», moriréis en vuestros pecados». Ellos le decían: «¿Quién eres tú?»
La pregunta está mal hecha. Sé que es muy tentador preguntarle a Cristo: «¿Quién eres?», pero esa pregunta no tiene respuesta porque Él mismo acaba de decir: Yo soy.
Así, sin más: Yo soy. Lo mismo que le respondió Yahweh a Moisés desde la zarza. «¿Quién eres?» se le pregunta a Antonio, porque Antonio es Antonio y no Juan. Al responder: «Soy Antonio», está marcando sus límites y distinguiéndose de Juan. Pero quien te ha dicho Yo soy está más allá de todo límite. Él, simplemente, es, y de Él reciben el ser Antonio, Juan y Guadalupe.
Por eso Jesús responde: Lo que os estoy diciendo desde el principio. Y no busques ese principio meses ni años atrás, porque ese principio está fuera del tiempo: En el principio existía la Palabra (Jn 1, 1).
Perdonad si parece enrevesado. A mí me parece fascinante.
(TC05M)