Un momento de cielo

La gente llama cielo a cualquier cosa. Piensan en el Paraíso como una especie de parque temático donde, además de no morirte y no sufrir, te reencuentras con tus abuelitos y te vuelve a crecer el pelo. Si les dijeran que Dios no anda por ahí porque ha bajado a hacer unas compras, les daría igual.

Lo peor de todo es que, si a toda esa gente que imagina un paraíso «made in Disney» les dijéramos lo que realmente es el cielo, probablemente no quisieran ir, porque el cielo es Cristo, y a Cristo no lo conocen. Cada vez estoy más convencido de que quienes se condenen entrarán en el Infierno por su propio pie, huyendo del cielo. «¿Qué quieren, verme en misa toda la eternidad? ¡Ni de broma!». Eso hace urgente que anunciemos la hermosura del Señor.

Señor, ¡qué bueno es que estemos aquí! Pedro, Santiago y Juan gozaron de un momento de cielo. Cristo, sólo Cristo, y nada más que Cristo y su gloria. Moisés y Elías estaban de invitados.

No sabrás cómo es el cielo hasta que llegues. Pero sabrás lo que es si disfrutas de la misa y la oración. Es eso mismo, pero sin velos.

(0608)