Soy un pesado

pesadoSoy un pesado. Y cuando una persona es muy pesada se dice de ella que «aburre a las ovejas». Yo aburro a las ovejas. Cuando veo que el rebaño toma un camino que acaba en un precipicio, soy capaz de gritar cientos de veces que por ahí no se va más que a la muerte. Y, si no logro que me hagan caso, lloro por dentro.

Por tanto, y como ya me he quejado yo de mí mismo para que no os quejéis vosotros, repetiré, nuevamente, lo que he escrito miles de veces.

Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, arrojad demonios. Gratis habéis recibido, dad gratis.

Para empezar, diré que han conseguido acomplejarnos. Nos sentimos inferiores por ser cristianos. Y hemos olvidado el tesoro que tenemos. Tenemos un poder enorme, capaz de sanar heridas, arrojar demonios y resucitar muertos. Pero no lo ejercemos porque seguimos pidiendo perdón a la sociedad por ser cristianos.

Y, para seguir, diré que muchos cristianos no hablan de Cristo fuera de la iglesia. Vienen a la iglesia a relajarse, a sentirse bien, no a que los movilicen. Y un cristiano relajado es peor, aún, que un cristiano acomplejado.

Por eso el mundo sigue sin Cristo.

(TOP14J)