Se hizo sábado en la barca

duermeEs sábado, y el Señor duerme. Es el día del descanso de Dios.

Se levantó una fuerte tempestad y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él estaba en la popa, dormido sobre un cabezal. Así descansa Cristo en el sepulcro, mientras las tinieblas y el mal cubren la tierra. Parece que venciera la muerte, que Dios hubiera sido derrotado y el Enemigo hubiera dicho la última palabra. Realmente, aquel sueño de Jesús en medio de la tempestad fue profecía del Sábado Santo.

He escuchado, o leído, que vivimos en el Sábado Santo de la Historia. Lo creo así. Basta encender la televisión, asomarse a las series de las plataformas, o escuchar los gritos que, como olas en una tormenta, se alzan desde Internet y las redes sociales cubriendo las vidas de los hombres, para tener la percepción de que el mal y la mentira han triunfado mientras Dios se ha quedado dormido. ¿Por qué Dios no hace nada?

Míralo en el sagrario: ¿no ves que duerme? Y búscalo en lo profundo de tu alma, bajo las olas de tu angustia y tu dolor. Cuando lo encuentres, duerme a su lado. Ya despertarás cuando despierte Él.

(TOI03S)