¿Qué nos separa del reino de Dios?

¿Qué es lo que nos separa del reino de Dios? Te lo diré: una Cruz.

Como el fulgor del relámpago brilla de un extremo al otro del cielo, así será el Hijo del hombre en su día. Eso sucederá cuando llegue el momento. Pero primero es necesario que padezca mucho y sea reprobado por esta generación. San Pablo hablaba de completar en su carne lo que falta a la Pasión de Cristo. Y algunos, al leerlo, se preguntan: «¿Acaso a la Pasión de Cristo le falta algo? ¿No es suficiente ese sacrificio para redimir todos los pecados de todos los hombres?»

Sí. Le falta algo. Le falta extenderse por toda la tierra y por toda la Historia. Los brazos abiertos del Crucificado quieren abarcarlo todo. Y eso sucede cuando la Pasión de la Cabeza, Cristo, se prolonga en los miembros, en nosotros. Una contrariedad, un dolor físico, una enfermedad, una humillación, un fracaso… son Pasión de Cristo, son reino de Dios que nos abraza.

Ésa es la puerta que nos separa del reino de Dios. Ésa es la puerta por la que salimos al cielo. Y ésa es la puerta en la que recibiremos al que vendrá sobre las nubes.

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