Primeras impresiones e intuiciones geniales

Las primeras impresiones y las intuiciones «geniales» pueden ser peligrosas. En este mundo casi nada es lo que parece. Me dan miedo quienes se fían del «amor a primera vista». Porque cuando llega la vista número veinticuatro, y finalmente se dan cuenta de que ese lunarcito tan mono que el cielito lindo tiene junto a la boca era una verruga, ya las cosas tienen poco remedio.

Cuidado con los profetas falsos; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. Y así, el que parecía el corderito de Norit (los más jóvenes, que lo busquen en Google), resulta ser el lobo feroz. ¿Cómo te diste cuenta? Por sus frutos. Ni lana ni queso. Sólo dentelladas.

Lo contrario del falso profeta es el Crucifijo. Es el Cordero cubierto de ignominia, de bofetadas, de salivazos y de maldición. Cuando te aproximas es, en palabras de Isaías, como uno ante quien se vuelve el rostro. No quisieras ni mirarlo. Pero, si sostienes la mirada, y te acercas a la distancia del buen Dimas, te enamoras. ¡Qué hermosura! Y entonces gustas sus frutos: amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, lealtad, modestia, dominio de sí. Es Dios.

(TOI12X)