¿Por qué lo llaman «el de arriba»?
Algunas personas tienen, para hablar de Dios, un pudor terrible rayano en la vergüenza. Y, como no se atreven a decir «Dios», dicen «el de arriba». En algunos casos, ni siquiera dicen eso; te señalan al cielo con el dedo. «Yo se lo pido todo a…», se quedan sin palabras y miran a las nubes. Pobrecillos. Espero que a Dios no le suceda lo mismo con ellos y les llame «el de abajo».
Lo peor es que van muy atrasados de noticias. Porque, desde que se hizo hombre, Dios dejó de ser «el de arriba». El de arriba es el vecino que te da la tabarra con el home cinema cuando quieres dormir. Dios, nacido en Belén y muerto en Cruz, es «el de abajo».
Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos. Tiene mucha importancia. Si quieres acercarte a Dios, no debes ascender, sino descender. Debes emprender el mismo camino de abajamiento que emprendió Él, e irte convirtiendo en el siervo de todos, en el último de los hombres. Entonces, cuando llegues al fondo de esa escalera, encontrarás a Dios, abiertos sus brazos en la Cruz para acogerte. «El de abajo».
(TOI07M)