Mirando el Belén con ojos de fe
Llegas a misa el día de Navidad, y, al llegar el momento de la proclamación del Evangelio, esperarías encontrar allí a la Virgen, san José, el Niño y los pastores en medio de la noche. Pero, en lugar de eso, te encuentras con las palabras de san Juan:
En el principio existía el Verbo… Y el Verbo se hizo carne.
¿Dónde están la Virgen, san José, los pastores y los ángeles? Todos están allí, es la mirada de san Juan la que sorprende. Porque contempla con ojos de fe. Escucha de nuevo sus palabras mientras miras el Belén.
San Juan nos ha trazado una línea como la caída del rayo; una línea que parte de lo más alto del cielo (el Verbo Divino) y desciende hasta lo más frágil de la tierra, la carne, la carne de un bebé sumido en la pobreza y recostado en el pesebre de un establo.
Te está diciendo –mira el Belén– que Dios se ha postrado ante el hombre, que tienes a Dios a tus pies, que Dios ha enloquecido de Amor por ti y se ha hecho más pequeño que tú. ¿Qué haces de pie?
Póstrate ahora tú a sus pies. Venite, adoremus.
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