Mejor ayunar contigo que comer sin ti

En cierta ocasión, y debido a un plantón inesperado, me vi comiendo una pierna de cordero sin compañía en la mesa de un restaurante. Pero qué iba a hacer. Tanto la mesa como el cordero estaban ya reservados, y había que pagarlo en todo caso. Mejor comerlo solo que echarlo a perder. Pero, aparte de ser de mal gusto el que os cuente esto en un viernes de Cuaresma, descubrí (ya lo sabía) que un cordero sin compañía no se disfruta nada. Fue una comida triste, y un gasto innecesario.

¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán. Cuando el esposo está presente, los invitados disfrutan del cordero y del vino. Pero, cuando el esposo es arrebatado, el vino pierde su aroma y el cordero su sabor. Por eso los invitados se levantan y salen a las tinieblas en pos del esposo. Mejor esposo sin cordero que cordero sin esposo.

Mejor ayuno con Cristo que comida sin Él. Si nuestros pecados nos han arrebatado al Señor, dejemos la comida en el plato y salgamos al Gólgota a ayunar y padecer con Él.

(TC0V)