María Dolores

Es muy curioso cómo, a pesar de que la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II llevó la festividad de la Virgen de los Dolores al 15 de septiembre, mucha gente en España sigue considerando este quinto viernes de Cuaresma como el día de la Virgen de los Dolores. Dice mucho del arraigo popular de esa asociación entre la semana de Pasión y la Dolorosa. Y también del número de Lolas que tenemos en España, aunque cada vez son menos. En casi 28 años, no he bautizado a ninguna María Dolores. Qué penita. Cómo espanta el dolor a los hijos de esta generación.

A lo nuestro, que se nos va el espacio. Jesús fue llevado a la Cruz por una blasfemia: Porque tú, siendo un hombre, te haces Dios. ¡Qué falta de fe! Si hubieran sido sensatos, se hubieran admirado: «Porque tú, siendo Dios, te haces hombre». Y, haciéndote hombre, te humillas hasta la Cruz.

Por eso lo adoró la Virgen junto al Leño. Ella aparece cuando los demás se espantan, ella es María Dolores. Y, a la vez que comparte los padecimientos de su Hijo, lo adora como Dios. Por eso le pediremos que nos conceda acompañarla hasta el Calvario.

(TC05V)