La nueva Eva
Comenzando en Abrahán, san Mateo desciende, en línea recta, por el árbol genealógico de Jesús. En ocasiones, se separa ligeramente del tronco para mostrarnos una rama, pero, inmediatamente, el pretérito «engendró» lo devuelve al tronco: Judá engendró, de Tamar, a Fares… Booz engendró, de Rut, a Obed…David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón… En los tres casos, el sujeto de la frase es el varón. Él fue quien engendró; fue su semilla la que, sembrada en la mujer, dio fruto.
Hasta que llegamos a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
El árbol se quiebra en este punto. Y ahora el hombre es designado por la mujer. José es «el esposo de María». La generación del retoño ya no está ligada a la semilla del varón. La fuente, ahora, es ella: María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
Es un árbol nuevo. Y su origen humano es María. En ella deposita Dios la semilla de su Hijo.
Si una mujer, Eva, fue el origen del pecado, una mujer, María, será el origen de la gracias. Y si nos abrazamos a ella en estos días, ella nos entregará a Jesús, llamado Cristo.
(1712)