La imagen que vale más que mil palabras

Decimos que una imagen vale más que mil palabras. Y es cierto, aunque existe una Palabra que vale más que todas las imágenes del mundo. Y si esa Palabra se hace carne, mirarla vale más que todos los libros y todos los sermones. Incluidos los suyos. Porque el Sermón de la Montaña sólo se puede entender mirando a un crucifijo.

Si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra. Mira las mejillas del Crucificado y entenderás.

Al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también el manto. Mira cómo se reparten los soldados sus vestiduras y entenderás.

A quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos. Contémplalo en el Via Crucis y entenderás.

Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen. Mira cómo pide perdón por sus verdugos y entenderás.

Si sigues mirando, te enamorarás. Y, cuando te enamores, no tendrás más deseo que estar con Él. Y querrás vivir crucificado, clavado a su Cruz, como san Pablo. Y te alegrarás cuando te humillen, y se te harán dulces los desprecios, y no querrás ya retener tu vida sino entregarla con la suya.

Entonces, como Él, tú serás Sermón de la Montaña.

(TOA07)