La batuta de Dios

Los biógrafos de san Francisco de Asís cuentan cómo la creación entera parecía postrarse ante la humilde figura del santo. El lobo se arrodillaba, el fuego renunciaba a producirle dolor mientras el cauterio abrasaba sus mejillas, y hasta Inocencio III, el papa más poderoso de la Historia, se postró ante él… ¿Cómo es posible que un hombre tan pequeño tuviera semejante autoridad?

Cuando era niño, quedaba extasiado ante el televisor contemplado «El mundo de la música», un programa en que el director de orquesta Enrique García Asensio entregaba su batuta a un chiquillo para que dirigiera a los músicos. Y yo me moría de ganas de estar allí, de tener esa batuta y dirigir la orquesta, pero nunca pude hacerlo. Hasta que, ya mayor, la presentadora del programa, la encantadora Ángeles Morales, a quien tuve el privilegio de conocer, me regaló esa batuta que sigue expuesta, como un trofeo, en el salón de mi casa.

¿Qué es esto? Una enseñanza nueva expuesta con autoridad. Incluso manda a los espíritus inmundos. Creo que el santo es, por su docilidad a la gracia, la batuta de Dios. Y que la Creación entera se postra ante Cristo cuando la batuta del Director obedece.

(TOI01M)

“Evangelio 2025