Jesús te está buscando
Los evangelios nos traen noticia de muchísimas personas que entablaron relación con Jesús después de haberlo buscado afanosamente: la mujer hemorroísa, los amigos del paralítico, Jairo, el centurión y muchos más se acercaron al Señor porque estaban necesitados de su poder. Y gran parte de ellos encontraron lo que buscaban.
Pero también nos hablan los evangelios de algunas personas que se encontraron con Cristo porque el propio Jesús los buscó: Vio a dos hermanos, a Simón, llamado Pedro, y a Andrés, que estaban echando la red en el mar, pues eran pescadores. Les dijo: «Venid en pos de mí». No es lo mismo decirle a Jesús: «Ven conmigo» que escuchar de sus labios: Venid en pos de mí. Por eso dijo a sus apóstoles: No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto (Jn 15, 16).
Muchos de nosotros, al comienzo, buscamos a Cristo y lo encontramos. Pero, más adelante, nos dimos cuenta de que era Él quien nos buscaba y nos llamaba. Sólo entonces, cuando respondimos a esa llamada, fuimos cristianos. Porque cristiano no es quien recurre a Cristo, sino quien pertenece a Cristo.
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