Jamón de bellota
Hasta hace años, dedicaba parte del Adviento a disparar contra Papá Noel. Es el ladrón de las navidades. Dejé de hacerlo porque algunos padres me decían que mis homilías hacían llorar a sus hijos pequeños. Así que preferí dejar de disparar al gordo y centrarme en el flaco, en Juan. Pero seguimos teniendo un problema. Viene el Salvador, y muchos esperan a otro.
¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro? Si a un niño le prometen un regalo, el niño sueña con recibir chucherías, y después recibe un jamón, el niño llora. Por valioso que sea, el regalo no se correspondía con sus expectativas. Por eso es importante saber lo que debemos esperar. Los contemporáneos de Jesús esperaban a un libertador político, y mataron al Mesías que los liberaba del pecado.
¿Qué esperas del Cristo? ¿Que resuelva tus problemas? ¿Que alivie tus dolores? Nada de eso te ha prometido quien será varón de dolores. Lo que te promete es que te llenarás de Dios, serás amado como nunca lo has sido, y tu alma gustará las mieles del Cielo. Eso es lo que debes esperar, y no quedarás defraudado. Jamón de bellota, no chuches.
(TAA03)