En vela… o en Babia
San Martín de Tours conoció con antelación el día en que iba a morir. ¿A ti te gustaría conocer por adelantado el día de tu muerte? Y, si lo conocieses, ¿esperarías a última hora para confesar y harías, entre tanto, lo que te viniera en gana? ¿O procurarías vivir en gracia cada minuto, porque un minuto de vida sin Cristo te parece un minuto de muerte?
Estad en vela, porque no sabéis que día vendrá vuestro Señor. Esto vale para todos… salvo para san Martín. Pero debes entender que estar en vela no se identifica con el mero hecho de estar confesado. Está en vela quien, además de vivir en gracia, vive de la gracia, disfruta sirviendo y amando a Dios. Está en vela, en definitiva, quien permite que el Amor de Dios le alegre la vida.
Si dijere aquel mal siervo para sus adentros: «Mi señor tarda en llegar», y empieza a pegar a sus compañeros, y a comer y a beber con los borrachos… Ese mal siervo deja claro que no disfrutaba sirviendo al Señor. Dios era su jefe, no su Padre. Y al jefe lo esquivas: «Ojalá esto no fuera pecado…». Al Padre, en cambio, lo abrazas.
(TOP21J)