En lo alto del Tabor
En lo alto del Tabor conversó Jesús con Moisés y Elías. En lo alto del Tabor sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. En lo alto del Tabor dijo Simón: Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Vamos a hacer tres tiendas. En lo alto del Tabor se formó una nube que los cubrió y salió una voz de la nube: «Este es mi Hijo, el amado; escuchadlo».
No envidies a aquellos tres que subieron con Jesús a lo alto del Tabor. Tú y yo tenemos el Tabor muy a mano.
Porque en la santa Misa se reúnen, junto a Cristo, la Ley y los profetas. En la santa Misa quedamos deslumbrados ante la blancura impoluta de la Hostia. En la santa Misa nos encontramos tan a gusto que quisiéramos convertir en Misa el día y prolongarla mientras trabajamos. En la santa Misa nos rodea la nube del Espíritu que deposita a Jesús en el altar. En la santa Misa el Padre nos muestra a su Hijo y nos lo entrega.
La santa Misa es renovación incruenta del sacrificio cruento del Calvario. Allí no hay dolor, sólo hay gozo. Prepárala bien.
(TOI06S)