El monte más alto y la noche más tranquila
Es un chascarrillo muy clásico: No es bueno fumar mientras se reza, pero también se puede rezar mientras se fuma. Cuando se inventó, seguro que hacía reír. Ahora, por contarlo, me acabará cayendo una multa de la consejería de Sanidad. El caso es que todo momento y lugar son adecuados para rezar, pero, cuando uno quiere entregarse por entero a la oración, hay momentos y lugares mejores que otros.
Jesús salió al monte a orar y pasó la noche orando a Dios. Jesús tenía predilección por los montes, y también por la tranquilidad de la noche. El monte, para los antiguos, era el lugar más cercano al cielo, donde el hombre, de puntillas, casi tocaba los pies de Dios. El camino de la santidad se ha comparado a un monte al que el hombre debe ascender. Y sobre el Monte, el Calvario, hizo Jesús su oración suprema.
En cuanto a la noche, es la hora de la fe, de las tinieblas, de la soledad, de los amores, de los sueños…
No tienes que sentirte obligado a rezar de noche en los montes. Pero, si puedes orar en silencio ante un sagrario, no encontrarás monte más alto ni noche más tranquila.
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