El adverbio de los enamorados
Las decisiones importantes en la vida no deben tomarse apresuradamente. Hasta para cambiar el automóvil conviene mirar ofertas, comparar prestaciones, sopesar precios… Cuanto más si, en lugar de cambiar de automóvil, se trata de elegir carrera, cambiar de trabajo o unirte a esa persona con quien compartirás tu vida. Una decisión atolondrada puede dar lugar a muchos lamentos en el futuro.
Pero si es Dios quien llama…
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron… Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
«Inmediatamente» es el adverbio de los enamorados de Cristo. Cuando el Señor llama, la prudencia humana supone darle tiempo al Enemigo. Sé que muchos padres «sensatos» y muchos hijos «juiciosos» prefieren pensárselo: «Termina primero tus estudios y después te comprometes. Así, si fracasas, tendrás una salida». «Espera unos años, a ver si sigues sintiendo esa llamada, y después respondes». Todo ese argumentario está bien cuando tienes que tomar una decisión importante. Pero si es Cristo quien ha tomado la decisión y te ha elegido, si es su voz la que te ha removido el corazón y ha abierto un horizonte inesperado ante tus ojos… No le hagas esperar. Lánzate sin miedo a esa aventura divina.
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