Devuelve lo robado, y recibirás lo tuyo

Cuando piensas que todo lo que posees lo has ganado con tu esfuerzo; cuando crees que, por tanto, tienes derecho a disponer de tus bienes según tu voluntad, porque son tuyos; cuando juzgas que has sido bueno por entregar a los pobres un dinero que era fruto de tu trabajo… entonces te dice Dios que todo cuanto tienes lo has robado.

Porque tu propia vida te la han dado, y tu salud es don del Cielo, y tus fuerzas regalo de lo alto. Todo ello te lo ha entregado el Señor para que trabajes para Él, y administres los bienes que obtengas según su voluntad. Nada es tuyo. Y tú no eres sino un administrador de Dios.

Si no fuisteis fieles en lo ajeno, ¿lo vuestro, quién os lo dará? Devuelve lo que has robado, pon en manos de Dios lo que es suyo, pregúntale cómo quiere que lo administres… y, entonces, Él te dará lo tuyo. Saldrás ganando.

Porque lo tuyo es el Cielo. Justo aquello que no has ganado tú, porque te lo ha ganado el Señor a precio de su sangre. Y, cuando te lo entreguen, no tendrás que administrarlo. La gloria de Cristo será toda tuya.

(TOP31S)