Déjala todavía este año…

Toda la Escritura converge en la Cruz. No hay versículo en sus libros que no encuentre su sentido más profundo en ella. Pero, conforme nos vamos acercando al Calvario, la atracción es más poderosa y más luminoso el sentido. Por eso dijo alguien que los evangelios no son sino relatos de la Pasión encabezados con un prólogo más o menos largo.

Señor, déjala todavía este año y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar.

¿No son estas palabras, pronunciadas en la parábola por el viñador, un eco de aquel: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen (Lc 23, 34)? Cavaré alrededor, como está cavado en la roca mi sepulcro, echaré estiércol, porque como a estiércol han tratado mi cuerpo, sometido a la maldición del madero, los regaré con agua y sangre manadas de mi costado…

Y así nos consiguió el Señor un año. Una vida por delante, sólo una. Es la oportunidad que se nos da para convertirnos, para aprovechar toda la misericordia derramada por Cristo desde la Cruz. Quiera Dios que la aprovechemos, ya que al Señor le ha salido tan cara.

Si no

(TOP29S)

“Tú, pecador