Cristo como camino
El camino que va de mi casa a la estación lo puedo recorrer caminando en 15 minutos. Lo hago muchos días. Pero ¿cómo recorro a una persona? ¿Cómo recorro al Hijo de Dios que me dice: Yo soy el camino ?
Una respuesta fácil: «Haz lo que Jesús te dice». De acuerdo, su palabra es vida eterna y, cumpliéndola, viviré. Pero, en ese caso, Él no es el camino, sino el que me muestra el camino. ¿Por qué, entonces, dice que el camino es Él?
Vamos con una segunda respuesta: «Haz lo que haría Jesús, y Jesús será entonces tu camino». Pero, ¿estoy seguro de saber lo que haría Jesús? Cristo rompió todos los esquemas y reventó todas las expectativas. ¿Cómo voy a saber lo que haría Jesús en el siglo XXI? Además, si lo supiera y ajustara todos mis actos a lo que Él haría, ¿conservaría yo mi libertad?
Creo que la respuesta correcta la ofrece san Pablo: Tened en vosotros los sentimientos de Cristo (Flp 2, 5). Adéntrate en la llaga de su costado, deja que los sentimientos de su corazón llenen el tuyo y, después… haz lo que te dé la gana. «Ama et quod vis fac».
(TP04V)