Aunque no somos de aquí…

prensaVas de viaje, y haces una parada para comer en uno de los pueblos del camino. Antes de comer, decides dar un paseo, y un par de turistas, tan despistados como tú, te preguntan: «¿Me dice dónde hay una farmacia?». ¿Qué respondes? Pues, ¡qué vas a responder!: «Lo siento, no soy de aquí». Esta respuesta es válida para ese pueblo en que te detuviste para comer. Pero no lo es si, durante tu camino al cielo, te preguntan por este mundo.

No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Hemos sido rescatados por Cristo. No somos de aquí, somos ciudadanos del cielo. Pero amamos este mundo y, mientras caminamos, queremos saberlo todo de él. ¿Cómo, si no, lo redimiremos? Un cristiano seglar no puede saberlo todo de la Biblia y no saber nada de lo demás. Tienes que leer la prensa, saber de política, ver series de tv, conocer cómo va la liga de fútbol, leer novelas… Hasta de la prensa rosa hay que tener noticia. ¿Cómo caminas por aquí sin saber quiénes son Ana Obregón o Vinicius? Si primero no hacemos nuestros los afanes de los hombres, no podremos pretender que ellos compartan nuestro afán por Cristo.

(TP07X)