Almas pequeñas y verdades inefables

¿Quiénes son los sabios y entendidos a quienes, en palabras del Señor les han sido escondidas estas cosas? Y ¿qué son estas cosas?

La primera pregunta es fácil de responder: Sabios y entendidos son quienes saben y entienden. Como saben y entienden, no necesitan que nadie los instruya. Comienza el sacerdote a proclamar el evangelio y, en cuanto pronuncia: «En aquel tiempo…», piensan: «¡Ah, lo de “en aquel tiempo” ya lo he oído mil veces, ya me lo sé!», y desconectan. Reprograman el pensamiento, y se entretienen pensando en qué harán cuando la misa termine mientras el sacerdote predica.

En cuanto a qué son estas cosas, no es fácil de responder. Porque estas cosas son inefables, y las palabras más las ocultan que las desvelan. Estas cosas sólo están al alcance de los pequeños.

«Para venir a lo que no sabes, has de ir por donde no sabes», dice san Juan de la Cruz. Antes de que el sacerdote diga: «En aquel tiempo», recuerda tú: «No sé nada». Escucha lo que no sabes, y verás que te habla de lo que no sabes. Contempla lo que no sabes. Y enamórate como un niño que se queda con la boca abierta.

(TOP26S)