Abre las puertas, que está al llegar
Último domingo del Adviento. Una luz se vislumbra al final del camino. Es Belén. En apenas unos días estaremos allí.
Y tú te sentarás a la mesa con tus seres queridos durante la noche para celebrar la llegada al mundo del Niño Dios. Limpio el mantel, generosa la comida, vestidos de fiesta los comensales, villancicos sonando mientras un pequeño bendice la mesa… ¿Ya está?
No te asustes. No está. Todo eso es oportuno, pero no es suficiente. Ésa es la Navidad que habéis preparado vosotros. Pero, mientras la celebráis, la Navidad verdadera, la que ha preparado Dios, podría estar sucediendo fuera de casa. Muchos hogares de Belén estaban llenos de gente, mientras la Virgen daba a luz en un establo.
Para que en tu casa se haga verdad la Navidad, algo tiene que suceder dentro. María abrió sus puertas, y dejó entrar en su vientre al Niño Dios. José, obediente al ángel, acogió a su mujer, y con ella al Mesías.
Llena de Cristo tu alma. Confiesa tus pecados. Vive estos días en gracia de Dios. Reza el Rosario. Y así, lleno de Espíritu y unido a la Virgen, come y bebe con los tuyos. Será Navidad en tu casa.
(TAA04)