Se ha preguntado mil veces, y se han ofrecido respuestas de todo tipo: ¿Qué hacía Jesús cuando, ante aquellos fariseos que le presentaban a una mujer sorprendida en adulterio, parecía desentenderse de la escena?
Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo.
Hay quien dice que escribía los pecados de aquellos hombres, pero eso me parece echarle mucha imaginación. Yo me baso en lo que veo: Cristo jugueteando con sus dedos y la tierra. Y pienso que es un tic de familia, que así empezó su Padre y terminó escribiendo un Adán. Después sopló en sus narices y le dio vida.
Porque de eso se trata: Cristo, con la tierra de que estamos hechos, nos crea como hombres nuevos. Aquella mujer estaba muerta, e iba a nacer otra vez al recibir el perdón del Señor.
Algunos piensan que la Cuaresma es un retoque del peinado: Soy el mismo, pero no fumo ni como chocolate. ¡No es eso! No te basta con un retoque: te tienen que volver a crear.
Falta una semana para el domingo de Ramos. Aprovéchala: sumérgete en la Pasión de Cristo, confiésate, prepárate para morir con Él y ser creado de nuevo para el cielo.
(TCC05)