Cristo en su Pasión

13 marzo, 2025 – Espiritualidad digital

No te soltaré hasta que me bendigas

Cuando Jesús quiso enseñarnos a rogar a Dios, el mejor ejemplo que encontró fue el de un hijo que suplica a su padre:

Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le dará una piedra?

Toda la Pasión de Cristo es un grito del Hijo al Padre, un grito que ha estremecido la Historia y ha hecho temblar la tierra.

Como Jacob luchó contra Dios, así «forcejeó» Jesús con su Padre durante su Pasión. En Getsemaní pidió para Sí mismo que el cáliz del dolor le fuera apartado, pero allí se dejó vencer por Dios: No se haga mi voluntad, sino la tuya (Lc 22, 42). Sin embargo, desde lo alto de la Cruz, no oró por Él, sino por nosotros: Perdónalos, porque no saben lo que hacen (Lc 23,34). Y, entonces, no se dejó vencer, luchó hasta la misma muerte y, finalmente, como Jacob, venció a Dios: No te soltaré hasta que me bendigas (Gén 32, 27). Con esa bendición, obtenida a precio de sangre, hemos sido bendecidos nosotros.

Aprende de Él. Cuando pidas para ti bienes temporales, déjate vencer por la voluntad de Dios. Pero, cuando pidas almas, lucha con Dios hasta la muerte, y vencerás.

(TC01J)

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