Evangelio 2025

18 enero, 2025 – Espiritualidad digital

Los verdaderos novios en las bodas de Caná

Estos breves comentarios no quieren ser clases de teología, pero vendrá bien apuntar hoy que la Virgen es llamada esposa de Cristo. Y que los verdaderos esposos, en las bodas de Caná, son Cristo y María. Para entenderlo basta con superponer la escena en el retablo de la Pasión.

Diréis que la esposa de Cristo es la Iglesia. Pero, en la Cruz, la Iglesia era María. Ella recoge la sangre redentora de Jesús y da a luz al primer cristiano, Juan, llamado allí mismo hijo suyo. Ella es cónyuge de Cristo, porque en el Calvario se unce al mismo yugo suave de su Hijo.

No tienen vino, dice la madre. Les falta tu sangre, el vino nuevo. No ha llegado mi hora, responde el Hijo. En el Calvario habrá llegado la hora. Haced lo que él os diga, dice la Virgen a los sirvientes. Haced lo que él os diga, nos dice, junto a la Cruz, a quienes allí nacemos a una vida nueva como hijos de Dios y de María.

Has guardado el vino bueno hasta ahora, dice el mayordomo al esposo. Y así dice la Virgen mientras recoge la sangre del costado y la distribuye entre sus hijos.

(TOC02)

Quien no es humilde es porque no quiere

Para las grandes tareas se elige a los grandes hombres. Cualquiera puede romper un plato, pero pocos pueden levantar una catedral. Para eso hace falta trabajo, preparación y talento.

¿Por qué come con publicanos y pecadores? Se lo preguntaban los fariseos, porque Cristo ha roto todos los pronósticos. Para edificar su iglesia ha elegido a torpes, pecadores y publicanos.

No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores. A mí no me ha elegido el Señor porque fuera bueno, o listo, o guapo. Me ha elegido, en primer lugar, porque me amaba. Y, en segundo lugar, porque estaba enfermo, porque era un pecador y quería redimirme.

Dice un amigo mío que quien no es humilde es porque no quiere. Tiene toda la razón. Basta con mirar la tremenda desproporción entre nuestro pobre barro y la tarea divina que el Señor nos ha encomendado a cada uno. Hay que ser muy estúpido para engreírse.

¿Crees que estoy hablando sólo de mí? A ti te ha elegido Cristo para llenar el mundo con el Amor de Dios. Y –no te me ofendas– eres torpe, enfermo y pecador. Póstrate ante Él, y Él actuará.

(TOI01S)

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