¿Por qué en España los llamamos magos, si no hacían magia? Dicen que no eran magos, ni llevaban varita, ni bola de cristal, ni decían abracadabra. Que eran astrónomos, o sabios, yo qué sé.
Yo creo que eran magos, con cofres en lugar de varitas y tedeums en lugar de abracadabras. Porque, de ayer a hoy, el Niño ha crecido y tiene barba. Algo habría en esos cofres.
Le traían todos los enfermos aquejados de toda clase de enfermedades y dolores, endemoniados, lunáticos y paralíticos. Fíjate, ayer no levantaba dos palmos del suelo, y hoy ya es Médico. Así, con mayúscula. Es el Médico de Dios. Y las multitudes de enfermos se arremolinan en torno a Él, buscando huir de la muerte en que los había sepultado el pecado.
Aunque todo será distinto cuando esas multitudes descubran que aquellas curaciones no eran sino signos, anuncios de la verdadera sanación que Cristo trae al mundo: la del pecado.
Porque todos los ciegos quieren ver. Pero no todos los pecadores quieren ser sanados. La lumbalgia que me la quiten; pero a mi soberbia la quiero conmigo.
Nosotros, pecadores, buscaremos en Él el perdón. Aunque el catarro lleve dos meses pegado a nosotros.
(0701)