Evangelio 2025

diciembre 2024 – Página 2 – Espiritualidad digital

Mirando el Belén con ojos de fe

Llegas a misa el día de Navidad, y, al llegar el momento de la proclamación del Evangelio, esperarías encontrar allí a la Virgen, san José, el Niño y los pastores en medio de la noche. Pero, en lugar de eso, te encuentras con las palabras de san Juan:

En el principio existía el Verbo… Y el Verbo se hizo carne.

¿Dónde están la Virgen, san José, los pastores y los ángeles? Todos están allí, es la mirada de san Juan la que sorprende. Porque contempla con ojos de fe. Escucha de nuevo sus palabras mientras miras el Belén.

San Juan nos ha trazado una línea como la caída del rayo; una línea que parte de lo más alto del cielo (el Verbo Divino) y desciende hasta lo más frágil de la tierra, la carne, la carne de un bebé sumido en la pobreza y recostado en el pesebre de un establo.

Te está diciendo –mira el Belén– que Dios se ha postrado ante el hombre, que tienes a Dios a tus pies, que Dios ha enloquecido de Amor por ti y se ha hecho más pequeño que tú. ¿Qué haces de pie?

Póstrate ahora tú a sus pies. Venite, adoremus.

(2512)

“Evangelio 2025

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios

Te copio un texto de profeta Oseas: ¿Cómo podría abandonarte, Efraín, entregarte, Israel?  Mi corazón está perturbado, se conmueven mis entrañas (Os 11, 8). Es toda una resonancia magnética de las entrañas de Dios.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto.

El canto de Zacarías nos muestra el motivo de la visita que recibiremos esta noche: La entrañable misericordia de nuestro Dios.

Dios viene al mundo. Dios se hace hombre. Y viene por ti. No porque lo hayas merecido, ni porque seas digno de traer a Dios desde el cielo a la tierra. Viene porque eres un pecador y un miserable, que estás sumergido en tu miseria. Y Dios, al mirarte, no se ha enfadado contigo. Más bien, al ver cómo te hundías en la muerte y el pecado, se le han conmovido las entrañas y ha saltado desde el cielo a la tierra para rescatarte.

Te escribo todo esto para que esta noche, cuando te sientes a cenar con los tuyos, no vayas a creer que la Navidad la has hecho tú preparando la mesa perfecta. Y para que recuerdes cuál debe ser el sentimiento que llene tu corazón: gratitud.

(2412)

“Misterios de Navidad

La tele de Ain Karem y el villancico de Castilla

Ahora hubiera ido allí la televisión. No para las noticias, sino para uno de esos programas de media tarde de alguna cadena regional en que te cuentan curiosidades de los pueblos. Ain Karen TV hubiera entrevistado a los vecinos. ¿Es verdad que una anciana ha concebido? ¿Y que afirma que el nombre del niño se lo ha puesto el propio Dios? ¿Y por qué no quiere salir en directo? ¿No podemos ver al bebé? ¡Raquel, ven, mira lo que están echando en la tele!

Y todos los que los oían reflexionaban diciendo: «Pues ¿qué será este niño?» Porque la mano del Señor estaba con él. Y Raquel, al verlo, no tuvo duda de que era cosa de Dios. Y de que la cosa no acabaría ahí porque, cuando Dios empieza algo, lo lleva a término. Ese niño era un elegido del cielo, y convenía estar atentos, porque el Poderoso se serviría de él para obras grandes.

Del Niño Jesús dice un villancico castellano: «Eres niño y has amor ¿qué farás cuando mayor?»

¡Qué aventura, obedecer y ponerse en manos de Dios para que Él conduzca tu vida! ¡Y qué aburrimiento, querer tenerlo todo controlado y no dejar actuar al Señor!

(2312)

“Misterios de Navidad

Y María llevó a Isabel la Navidad

Son muchos quienes dicen que María emprendió el camino hacia la casa de Isabel para ayudarla en los últimos meses de su embarazo. Yo no tengo dudas de que la ayudó, pero sí de que ése fuera el motivo principal de la visita.

María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.

Yo creo que María visitó a Isabel para llevarle la Navidad, la alegría por el misterio del Dios hecho hombre. Tras el anuncio del ángel, supo que había una mujer en las montañas de Judea que formaba parte de esa divina conspiración para cambiar el curso de la Historia. Y fue allí con prisa para compartir su alegría y entonar el primer villancico de la Historia: el Magnificat.

Desde que se encuentran, todo lo que se ve es la ebullición de la vida que ambas llevan dentro. En el vientre de María, el Hijo de Dios; en el de Isabel, el precursor. Lleno de gracia el corazón de María, lleno de Espíritu el de Isabel.

Mírate por dentro. Reza, déjate tú también llenar de vida por Dios. Y lleva la Navidad a quienes te rodean.

(TAC04)

“Misterios de Navidad

El mayor bendice al menor

Dice la carta a los Hebreos: Está fuera de discusión que el mayor bendice al menor (Heb 7, 7). Lo difícil, en la escena de la Visitación, es saber quién de las dos mujeres es la mayor.

En cuanto a la edad, María es una niña, apenas tendrá quince años, mientras Isabel es una venerable anciana. Y ella, la mayor en edad, bendice a la joven:

¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!

Pero, realmente, ¿quién es la bendecida? ¿Quién es la mayor?

¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?

Ahora Isabel, llena del Espíritu Santo, se siente insignificante al ser visitada por la madre de Dios. Y se sabe bendecida por la presencia de la mayor entre las mujeres, la criatura más perfecta jamás salida de las manos de Dios. Sin duda, es el Espíritu quien habla. Es Él quien postra a la anciana ante la joven. Es Él quien muestra a Isabel el misterio que puebla las entrañas de la Virgen.

Y será Él, el Espíritu, quien nos hará videntes de lo invisible esta Navidad. No dejes que termine el Adviento sin haberlo recibido en una buena confesión.

(2112)

“Misterios de Navidad

Mírala

Ya clarea.

Mírala. Ella, la Virgen, es la aurora, la claridad que anuncia el amanecer. Alégrate, llena de gracia. Y esa gracia es la luz que procede del Sol que aún no ha mostrado su rostro. Qué claridad tan dulce llena su alma y brota de sus ojos.

Mírala. Si de una mujer vino la ruina, de esta mujer vendrá la salvación. Y esa salvación entrará en nuestra vida a través de los ojos, como la luz. No apartes tu mirada de ella, y verás nacer a Dios.

Mírala. Sorprendida ante el anuncio del ángel: Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. «Jesús» significa «Dios salva». El niño que nacerá de sus entrañas nos salvará del pecado, de la muerte, de la soledad y de la angustia, porque será Enmanuel, «Dios con nosotros».

Mírala. Tras escuchar el anuncio, y teniendo al ángel postrado ante su hermosura, ahora es ella quien se arrodilla, no ante el ángel, sino ante Dios: He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.

Mira cómo se lleva la mano al vientre. No ve nada, pero lo presiente todo. ¿No lo presientes tú también?

(2012)

“Misterios de Navidad

No te equivoques de puerta

¡Apenas quedan seis días! ¿Qué son seis días? El Salvador está al llegar. ¿Por dónde llegará? ¿Hacia dónde nos dirigiremos para salir a su encuentro? ¡No podemos esperarlo sentados! ¿A dónde hemos de ir?

A los grandes almacenes: aún faltan regalos por comprar, y en el árbol aún caben más adornos. A las tiendas: necesitamos más comida y bebida para la cena de Nochebuena, Marisa y Juan se han apuntado a última hora. A las calles: las luces navideñas están preciosas al caer la tarde. Al Zoo, al circo, al parque de atracciones: ¿quién aguanta a los niños todo el día en casa?

No, no, no y no. Él vendrá, y vosotros estaréis fuera, estaréis demasiado ocupados, estaréis distraídos. Sus pies pisarán la nieve, y no escucharéis sus pasos a causa del ruido.

Te quedarás mudo, sin poder hablar, hasta el día en que esto suceda… Concibió Isabel, su mujer, y estuvo sin salir de casa cinco meses.

Buscáis fuera, y debéis buscar dentro. Todo sucederá dentro. Mira a Zacarías, cómo lo espera en silencio. Mira a Isabel, cómo se retira al interior.

Sal a recibirlo por la puerta de tu alma que da al cielo. Por allí vendrá. Reza.

(1912)

“Misterios de Navidad

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad