Evangelio 2025

21 diciembre, 2024 – Espiritualidad digital

Y María llevó a Isabel la Navidad

Son muchos quienes dicen que María emprendió el camino hacia la casa de Isabel para ayudarla en los últimos meses de su embarazo. Yo no tengo dudas de que la ayudó, pero sí de que ése fuera el motivo principal de la visita.

María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.

Yo creo que María visitó a Isabel para llevarle la Navidad, la alegría por el misterio del Dios hecho hombre. Tras el anuncio del ángel, supo que había una mujer en las montañas de Judea que formaba parte de esa divina conspiración para cambiar el curso de la Historia. Y fue allí con prisa para compartir su alegría y entonar el primer villancico de la Historia: el Magnificat.

Desde que se encuentran, todo lo que se ve es la ebullición de la vida que ambas llevan dentro. En el vientre de María, el Hijo de Dios; en el de Isabel, el precursor. Lleno de gracia el corazón de María, lleno de Espíritu el de Isabel.

Mírate por dentro. Reza, déjate tú también llenar de vida por Dios. Y lleva la Navidad a quienes te rodean.

(TAC04)

“Misterios de Navidad

El mayor bendice al menor

Dice la carta a los Hebreos: Está fuera de discusión que el mayor bendice al menor (Heb 7, 7). Lo difícil, en la escena de la Visitación, es saber quién de las dos mujeres es la mayor.

En cuanto a la edad, María es una niña, apenas tendrá quince años, mientras Isabel es una venerable anciana. Y ella, la mayor en edad, bendice a la joven:

¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!

Pero, realmente, ¿quién es la bendecida? ¿Quién es la mayor?

¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?

Ahora Isabel, llena del Espíritu Santo, se siente insignificante al ser visitada por la madre de Dios. Y se sabe bendecida por la presencia de la mayor entre las mujeres, la criatura más perfecta jamás salida de las manos de Dios. Sin duda, es el Espíritu quien habla. Es Él quien postra a la anciana ante la joven. Es Él quien muestra a Isabel el misterio que puebla las entrañas de la Virgen.

Y será Él, el Espíritu, quien nos hará videntes de lo invisible esta Navidad. No dejes que termine el Adviento sin haberlo recibido en una buena confesión.

(2112)

“Misterios de Navidad

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad