Evangelio 2025

14 diciembre, 2024 – Espiritualidad digital

Ni en Chequia, ni en Eslovaquia

Habían creído el anuncio de Juan, y por eso sabían que el Mesías estaba cerca. Pero se encontraban desconcertados. ¿Cómo hacer para recibirlo?

La gente, los publicanos, los soldados… todos preguntaban lo mismo: ¿Qué debemos hacer? También Saulo, al encontrarse con Jesús, preguntó: ¿Qué debo hacer, Señor? (Hch 22,10).

Quizá te lo has preguntado muchas veces: ¿Qué debo hacer? ¿Qué quiere Dios de mí? ¿Qué camino debo tomar?

No puedo evitar acordarme (qué risa) de cuando, siendo seminarista, tuve una «revelación particular». Era el año 1989, acababa de caer el Muro de Berlín y yo estaba entusiasmado con aquello. Lo veía clarísimo. Pero, como no tenía al Bautista al lado, para estar seguro de que no me equivocaba consulté a don Enrique, mi director espiritual: «Don Enrique, veo clarísimo que el Señor quiere que sea sacerdote en Checoslovaquia». Las carcajadas de don Enrique se oyeron en la luna. Después me dijo: «Anda, aprueba la Teología Fundamental y déjate de checoslovaquias». Menos mal. De haber seguido aquella iluminación, no sé dónde andaría ahora, si en Chequia o en Eslovaquia. Ay de mí.

No, no tenemos al Bautista. Pero tenemos, debemos tener, un director espiritual a quien preguntar «¿qué debo hacer?». Aprovéchalo.

(TAC03)

“Misterios de Navidad

Triste, pero cierto

Bajaban en silencio del monte. Allí, en el Tabor, Jesús había mostrado su gloria a aquellos tres apóstoles, y ahora no dudaban de que Cristo era el Mesías de Dios. Pero, mientras, descendían, pensaban en su interior: «Y si Él es el Mesías, ¿por qué no se ha cumplido el anuncio que, según los escribas, hacen las Escrituras proclamando que Elías aparecerá primero?». Se lo preguntaron a Jesús:

Elías vendrá y lo renovará todo. Pero os digo que Elías ya ha venido y no lo reconocieron, sino que han hecho con él lo que han querido. Así también el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos.

Es una queja sobrecogedora. Hay que seguir preguntando. ¿Quiénes son «ellos»? ¿Quiénes no reconocieron el espíritu de Elías en Juan Bautista? ¿Quiénes harán padecer al Hijo del hombre?

No son los romanos idólatras, sino hijos del pueblo elegido, personas religiosas que tenían perfectamente controlada su religión y su vida, y que vieron en Juan y en Jesús una amenaza terrible: si les hacían caso, deberían obedecer, perder el control y dejarse invadir por Dios. No, no es lo mismo tener a Dios controlado que dejarse invadir por Él.

Triste, pero cierto.

(TA02S)

“Misterios de Navidad

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