Si te sientes llamado a la conversión, te has encontrado con Cristo y quieres que te acompañe en el camino de tu vida, hay algo sobre Él que debes saber: A Cristo no se le puede tener esperando a las puertas hasta que te apetezca abrirle. Cristo quiere entrar e invadirlo todo. No basta decir: «Le dedicaré un rato cada día y unas monedas como limosna». Jesús no se conforma con una parte, aunque sea el 99%. Quiere ser Señor. Es el Señor.
Al ver esto, todos murmuraban diciendo: «Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador». Pero Zaqueo, de pie, dijo al Señor: «Mira, Señor, la mitad de mis bienes se la doy a los pobres; y si he defraudado a alguno, le restituyo cuatro veces más».
Si dejas entrar a Cristo en tu vida, te sucederá como a Zaqueo: ya no querrás nada más, lo que hasta ahora eran tus riquezas te sobrará. Mira con qué alegría se desprende del dinero que había sido su tesoro. No dice, como el burgués: «Todo lo que tengo y, además, Cristo». Mas bien dice: «Sólo Cristo, y me sobra lo demás».
¿De verdad quieres convertirte? ¡Ojalá te conviertas de verdad!
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