La Resurrección del Señor

julio 2024 – Página 4 – Espiritualidad digital

Los vacunados

Hasta la epidemia de 2020, todos sabíamos en qué consistía una vacuna. Se trataba de inocular el virus pernicioso en cantidades pequeñas, para que así el organismo generase defensas contra él. ¿Y qué tendrá esto que ver con el evangelio de hoy? ¡Todo!

No vayáis a tierra de paganos ni entréis en las ciudades de Samaría, sino id a las ovejas descarriadas de Israel. Los paganos nunca habían conocido a Dios, pero las ovejas descarriadas de Israel sí lo habían conocido. Se descarriaron porque su fe era débil y su piedad tibia. Por eso, cuando escucharon el anuncio, muchos de ellos estaban «vacunados» contra el Amor de Dios. Su corazón estaba endurecido.

¡Cuánto daño hacen los padres a sus hijos cuando los llevan a recibir catequesis y, después de la primera comunión, no vuelven a traerlos a la iglesia! Esos niños quedan vacunados contra la piedad. Y después, de mayores, si escuchan hablar de Cristo, responden: «¡Eso ya me lo dijeron los curas en la catequesis cuando era niño! ¡Si hasta fui monaguillo! ¡Menudo cuento!»

He visto a muchos ateos convertirse y aspirar a la santidad. Pero la tarea más difícil es la evangelización de las ovejas descarriadas. Las vacunadas.

(TOP14X)

Cuando todo sucede al revés

Aquel pobre hombre que presentaron a Jesús había sido poseído por un demonio que le había sellado los labios. Quizá no fue culpa suya, le hubiera gustado hablar, pero no podía. Se trataba de un enfermo, no de un hombre perverso. Y Jesús, compadecido de su enfermedad, lo sanó: Después de echar al demonio, el mudo habló.

No es lo peor. Peor es cuando todo sucede al revés: El hombre decide callar, y con su silencio abre al demonio las puertas de su alma.

El peor demonio mudo no es el que te invade por sorpresa, sino aquél a quien invitas tú a entrar con tu silencio. «Esto mejor no lo cuento en la dirección espiritual, no me van a entender». «No hablaré de Dios a estas personas, se burlarán de mí y me “cancelarán”». «No corregiré con cariño a este hermano que está haciendo las cosas mal, no vaya a ser que se vuelva contra mí; allá él».

Podría presentar mil ejemplos más, pero se me acaba el espacio. Lo que debes saber es que, en estos casos, no necesitas un exorcismo. Si todo comenzó al revés, todo debe terminar al revés: «Después de hablar, el demonio se marchó».

(TOP14M)

Tu cuerpo, su cuerpo

Gran parte de sus milagros los realizó Jesús a través de su cuerpo. Tocaba, lo tocaban, tomaba de la mano a los enfermos, introdujo sus dedos en los oídos del sordo y tocó con la saliva su lengua; también con su saliva hizo barro para ungir los ojos del ciego… Por eso la gente buscaba su cuerpo, y por eso aquella enferma pensó que con solo tocarle el manto se curaría. Por eso, también, entrando en la habitación de la hija de Jairo, que había muerto, cogió a la niña de la mano y ella se levantó.

Ese divino cuerpo, que tantos milagros obró, está en el cielo. Pero también, no lo olvidemos, ese cuerpo somos nosotros. ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? (1co 6, 15). El cuerpo de un cristiano en gracia, ese cuerpo que devora la comunión, es también convertido, místicamente, en cuerpo de Cristo.

No le robéis vuestro cuerpo al Señor. Dejad que Él lo lleve y lo traiga, lo acerque a los tristes y lo aproxime a los pecadores. Cuántas maravillas podrá obrar Jesús en quienes sufren y en quienes viven sin Dios si ponéis vuestro cuerpo –¡que es suyo!– a su servicio.

(TOP14L)

Mamá, no seas pesada

Se quejan muchas madres –más que los padres, por cierto– del poco caso que les hacen sus hijos mayores cuando les aconsejan que vayan a misa los domingos, o les imploran que bauticen a los nietos… Al final, la conversación siempre acaba así: «Mamá, no seas pesada».

Y yo les respondo que no sean pesadas. No por dar la razón a los hijos, que no la tienen, sino porque la insistencia de mamá no sirve para nada. Ojalá sus hijos encuentren a un buen amigo que les hable de Dios. Será humillante para ellas, pero, en ocasiones, una sola palabra del amigo hace más efecto que todos los consejos de mamá durante años.

No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa.

Mamá, no te desgañites. Tus palabras no sirven, porque tus hijos las han oído mil veces. Jesús redimió a los nazarenos padeciendo por ellos en la Cruz. Por tanto, aprende que ese dolor tuyo, ofrecido junto al de Cristo, es más eficaz que todos tus sermones. Pasó el tiempo de hablar a tus hijos de Dios. Es hora de hablarle –si es preciso, con lágrimas– a Dios de tus hijos.

(TOB14)

El ayuno y el banquete

El aburguesamiento en que ha caído el cristianismo occidental hace que pocos cristianos ayunen. Muchos piensan que el ayuno es el rostro de un cristianismo desfasado y triste, más centrado en el dolor que en la alegría, en la muerte que en la vida… y así nos va. Al relegar el pecado, la condena, el ayuno y la muerte, dejamos de apreciar la gracia, la misericordia, la fiesta y la vida.

Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán. Hemos olvidado que nos han arrebatado al Esposo, y que han sido nuestros pecados quienes nos lo han arrebatado. Y que, si no nos entristecen esas traiciones, es señal del poco amor que profesamos a nuestro Salvador. El ayuno es una mera consecuencia de ese dolor. Nadie quiere comer cuando está triste.

Y hemos olvidado, también, que, tras la tristeza del viernes y la soledad del sábado, viene la alegría del domingo. El Esposo, arrebatado por nuestras culpas, resurgirá glorioso del sepulcro por el poder de Dios, y nos anunciará el perdón de nuestros pecados. Entonces comeremos y beberemos llenos de gozo. Y sabremos que, al final, nuestro ayuno sirvió para hacer hambre y disfrutar de ese banquete.

(TOP13S)

Un kilo de sal bien compartido

Decía Aristóteles que dos personas no pueden considerarse amigos si no han consumido juntos un kilo de sal. No sé cuánta sal pondrían aquellos griegos a la comida, ni cómo llevarían lo de la presión arterial, pero, desde luego, un kilo de sal son muchas comidas. Y la comida une mucho. Mañana ceno con cuatro amigos, y estoy seguro de que, a estas alturas, el kilo de sal lo hemos rebasado. ¡Bendita amistad!

¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores? Cristo sigue queriendo comer con publicanos y pecadores. Quiere seguir sanando enfermos a través de vuestra amistad. No busquéis amigos entre quienes comparten vuestra fe. Los «grupitos» de amigos hacen mucho daño en las parroquias y comunidades cristianas. En la Iglesia buscad hermanos. Los amigos buscadlos entre quienes no creen; dadle ese gusto a Cristo.

El verano es un momento magnífico para frecuentar terrazas, chiringuitos y restaurantes. ¿O acaso creéis que os vais a santificar pasando el día en el templo? Id al templo a orar, a reponer fuerzas y a encontraros con los hermanos. Pero no os entretengáis. Entreteneos en el chiringuito, en torno a un kilo de sal bien compartido con quienes más os necesitan.

(TOP13V)

La salud y la vida

¡Lo que hubiera dado por ver la cara que se le quedó al hombre! Sus amigos lo acercan a Jesús para que lo cure de su parálisis. Y Jesús le dice: ¡Ánimo, hijo!, tus pecados te son perdonados! Pero él sigue enfermo.

No todo el mundo reacciona bien ante esto. Muchos enfermos terminales preferirían recibir la visita del médico que pudiera curarlos a la del sacerdote que perdona sus pecados. «A mí que me den tiempo. Y, cuando tenga tiempo, ya encontraré un ratito para ir a confesarme. Que venga el médico».

Otros no. Cuando el sacerdote los visita, perdona sus pecados con la absolución, bendice con la santa unción sus cuerpos enfermos y los alimenta con la Eucaristía, quedan con tanta paz y tanto ánimo que ya no temen a la muerte, porque saben que la han vencido. Estos últimos conocen algo que no conocen los primeros: que no hace falta tener salud para tener vida. Es una gran lección.

No sabemos a cuál de los dos grupos pertenecía el paralítico. Pero, por si acaso, le dijo después Jesús: Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa. En Jesús lo visitaron el sacerdote y el médico.

(TOP13J)

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