La Resurrección del Señor

6 mayo, 2023 – Espiritualidad digital

Quien tiene a Cristo lo tiene todo

Te copio las palabras de un artículo del periodista Ignacio Sánchez Cámara publicado por «El Debate» el 2 de abril de 2023: «Jesús no es alguien que comunica la verdad. No sólo hay que creer en lo que dice; hay que creerle a Él. Es el camino, la verdad y la vida. No muestra el camino; es el camino. No revela la verdad; es la verdad. No nos trae la vida; es la vida. Jesús no es un mensajero de Dios; es el mensaje». Imposible decirlo mejor.

Yo soy el camino y la verdad y la vida.

Yo soy el camino… ¿Hacia dónde? Nadie va a al Padre sino por mí. Pero el propio camino es deleite, porque se trata de ser otro Cristo abrazado a Cristo en Amor.

Y la verdad. La política, la juventud, los agobios, las injusticias… todo es mentira, todo pasa. Sólo Cristo permanece, sólo Él es la verdad inmutable. Y contemplarlo a Él es el mayor gozo para el alma.

Y la vida. Todo lleva a la muerte menos Cristo. La Vida es Él. Y se nos da en alimento, para que la tengamos en abundancia.

En resumen: Quien tiene a Cristo lo tiene todo.

(TPA05)

Obras como gritos

Dice Jesús a Felipe: Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo… ¿Cómo terminarías la frase? Si no conocieras ya el final, la terminarías así: «Él mismo habla a través de mí». O, empleando una frase del mismo Jesús: El Padre que me envió es quien me ha ordenado lo que he de decir y cómo he de hablar (Jn 12, 49).

Pero, en la Última Cena, Jesús no termina la frase de esa forma, que sería la esperable: Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras. ¿En qué quedamos? ¿Dices o haces?

El resultado es fascinante. Las obras de Jesús –sus milagros, su vida– son palabras, son el modo que Él tiene de hablar al mundo. Los discípulos de Emaús describieron a Cristo como un profeta poderoso en obras y palabras (Lc 24, 19).

Va por ti. Quieres hablar de Cristo, y Dios te bendecirá por ello. Pero anúncialo primero con tu vida, con tu alegría, con tu solicitud por los demás. Y después, cuando se abran tus labios, los hombres entenderán tu anuncio.

(TP04S)

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