Libros

18 febrero, 2023 – Espiritualidad digital

La imagen que vale más que mil palabras

Decimos que una imagen vale más que mil palabras. Y es cierto, aunque existe una Palabra que vale más que todas las imágenes del mundo. Y si esa Palabra se hace carne, mirarla vale más que todos los libros y todos los sermones. Incluidos los suyos. Porque el Sermón de la Montaña sólo se puede entender mirando a un crucifijo.

Si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra. Mira las mejillas del Crucificado y entenderás.

Al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también el manto. Mira cómo se reparten los soldados sus vestiduras y entenderás.

A quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos. Contémplalo en el Via Crucis y entenderás.

Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen. Mira cómo pide perdón por sus verdugos y entenderás.

Si sigues mirando, te enamorarás. Y, cuando te enamores, no tendrás más deseo que estar con Él. Y querrás vivir crucificado, clavado a su Cruz, como san Pablo. Y te alegrarás cuando te humillen, y se te harán dulces los desprecios, y no querrás ya retener tu vida sino entregarla con la suya.

Entonces, como Él, tú serás Sermón de la Montaña.

(TOA07)

En lo alto del Tabor

En lo alto del Tabor conversó Jesús con Moisés y Elías. En lo alto del Tabor sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. En lo alto del Tabor dijo Simón: Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Vamos a hacer tres tiendas. En lo alto del Tabor se formó una nube que los cubrió y salió una voz de la nube: «Este es mi Hijo, el amado; escuchadlo».

No envidies a aquellos tres que subieron con Jesús a lo alto del Tabor. Tú y yo tenemos el Tabor muy a mano.

Porque en la santa Misa se reúnen, junto a Cristo, la Ley y los profetas. En la santa Misa quedamos deslumbrados ante la blancura impoluta de la Hostia. En la santa Misa nos encontramos tan a gusto que quisiéramos convertir en Misa el día y prolongarla mientras trabajamos. En la santa Misa nos rodea la nube del Espíritu que deposita a Jesús en el altar. En la santa Misa el Padre nos muestra a su Hijo y nos lo entrega.

La santa Misa es renovación incruenta del sacrificio cruento del Calvario. Allí no hay dolor, sólo hay gozo. Prepárala bien.

(TOI06S)

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