Libros

febrero 2023 – Espiritualidad digital

El Crucifijo es un enorme padrenuestro

Lo llamamos «oración dominical», esto es, «oración del Señor», porque al Señor le pertenece. No es tu padrenuestro, sino el suyo. Y, cada vez que lo rezas, es el grito de Cristo el que brota de tus labios.

Padre nuestro que estás en el cielo… Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu (Lc 23, 45).

Santificado sea tu nombre… Padre, glorifica tu nombre (Jn 12, 28).

Venga a nosotros tu reino… –Acuérdate de mí cuanto llegues a tu reino. – Hoy estarás conmigo en el paraíso (Lc 23, 42).

Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo… No se haga mi voluntad, sino la tuya (Lc 22,42).

Danos hoy nuestro pan de cada día… Esto es mi cuerpo (Lc 22, 19).

Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden… Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen (Lc 23, 34).

No nos dejes caer en la tentación… Orad para no caer en tentación (Mc 14, 38).

Y líbranos del mal… No te pido que los saques del mundo, sino que los guardes del mal (Jn 17, 15).

Cada padrenuestro que rezas te une a ese grito. Porque el Crucifijo es un enorme y poderoso padrenuestro.

(TC01M)

Amor con amor se paga

Visitar y cuidar a los enfermos, dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, dar posada al peregrino, vestir al desnudo, redimir al cautivo y enterrar a los muertos. Las obras de misericordia no deberían desaparecer de la memoria de los cristianos. En mi parroquia procuramos enseñárselas a los niños que se preparan para la Comunión. Debemos recordarlas, porque el Señor nos pedirá cuentas sobre ellas. Pero también debemos recordarlas como deuda de gratitud. Antes de pedírnoslas, el propio Señor nos las dio.

Tuve hambre y me disteis de comer. Me has alimentado con tu cuerpo. Tuve sed y me disteis de beber. Me has dado a beber tu sangre. Fui forastero y me hospedasteis. Forastero soy en este mundo, y me has hospedado en tu Iglesia. Estuve desnudo y me vestisteis. Con tu gracia me revestiste de Ti, como fue Jacob revestido con el pelaje de Esaú para heredar la primogenitura. Enfermo y me visitasteis. Has venido a este mundo a visitarme y sanar mi alma de los males que la afligían. En la cárcel y vinisteis a verme. Preso estaba yo en mi pecado, y viniste a mí para liberarme.

¿Cómo no pagarte amor con amor?

(TC01L)

Duelo al sol

Ese cara a cara entre Cristo y Satanás en el desierto me parece fascinante. Es un «duelo al sol» digno de un western que nadie ha filmado todavía. No era un demonio cualquiera el que se enfrentó a Jesús. Como dijeron los defensores de El Álamo cuando apareció el general Santa Anna, era «el toro en persona», el mismísimo Lucifer. Si salió de su escondrijo y prescindió de sus ministros para entablar personalmente aquel combate, es que algo realmente amenazador había percibido en ese rabí que ayunaba en el desierto.

Con la mayor parte de los mortales, los demonios se sientan y aplauden. Bastan el mundo y la carne para hacerlos caer. Pero cuando un hombre se resuelve a ser santo, los espíritus malignos se alzan contra él. Hay más demonios en torno a un convento de clausura que en cien lupanares.

Abrázate a Cristo y vencerás. Di que estas piedras se conviertan en panes… ayuna con Jesús. Tírate abajo, «déjate caer; ¿para qué fatigarte, si Dios te protege?» Asciende con Jesús al Gólgota, y convierte allí tu vida en limosna. Todo esto te daré, si te postras y me adoras. Ora y adora al Señor. La batalla está vencida.

(TCA01)

Ven conmigo y descansa

vocaciónEstá llamando Jesús. Y no llama con un grito destinado a todos, sino que, como el buen pastor, llama a cada oveja por su nombre, con un silbido suave que sólo el silencio te permitirá escuchar. Es una llamada tan dulce como imperativa: Sígueme.

No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se conviertan. Dirás que, entonces, es una llamada al trabajo y al esfuerzo, porque la conversión requiere trabajo y esfuerzo. Pero yo más bien creo que es una llamada al descanso. Leví trabajaba para sí mismo, y se fatigaba día y noche acaparando dinero, contándolo y guardándolo, temeroso de los ladrones que se lo pudieran arrebatar. Pero cuando lo llama Jesús a trabajar con Él y para Él, se sienta el Maestro a su mesa y Leví descansa a su lado. Ya no tiene que preocuparse por su ganancia, porque su ganancia es Cristo. Ya no tiene que desvelarse pensando si su fortuna estará protegida, porque Jesús lo protege a él. Cuando su vida estaba en sus manos, se preocupaba con razón. Ahora su vida está en manos de Dios, y él descansa.

Bendita llamada. Pero ¡cuánto nos cuesta soltar ese telonio!

(TCOS)

Mejor ayunar contigo que comer sin ti

En cierta ocasión, y debido a un plantón inesperado, me vi comiendo una pierna de cordero sin compañía en la mesa de un restaurante. Pero qué iba a hacer. Tanto la mesa como el cordero estaban ya reservados, y había que pagarlo en todo caso. Mejor comerlo solo que echarlo a perder. Pero, aparte de ser de mal gusto el que os cuente esto en un viernes de Cuaresma, descubrí (ya lo sabía) que un cordero sin compañía no se disfruta nada. Fue una comida triste, y un gasto innecesario.

¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán. Cuando el esposo está presente, los invitados disfrutan del cordero y del vino. Pero, cuando el esposo es arrebatado, el vino pierde su aroma y el cordero su sabor. Por eso los invitados se levantan y salen a las tinieblas en pos del esposo. Mejor esposo sin cordero que cordero sin esposo.

Mejor ayuno con Cristo que comida sin Él. Si nuestros pecados nos han arrebatado al Señor, dejemos la comida en el plato y salgamos al Gólgota a ayunar y padecer con Él.

(TC0V)

Lo que convierte la Cuaresma en una fiesta

Ya te anuncié ayer que no caminarías solo; que todos tus hermanos, la Iglesia entera va contigo. Pero menuda panda de desarrapados perdida en el desierto formaríamos si nos conformásemos con hacernos compañía unos a otros. ¿Quién guiaría al pueblo a través del desierto si no fuera con ellos Moisés?

Si alguno quiere venir en pos de mí… Es Cristo, el nuevo Moisés, quien te lo dice. La Cuaresma no consiste en quedarnos sentados añorando el chocolate (o el tabaco, la cerveza, la carne, los dulces…). Triste panorama sería ése. La Cuaresma es seguir a Cristo y caminar en pos de Él a través del desierto para alcanzar la tierra prometida, el cielo.

Es tiempo de enamorados. Ojalá mires tanto al Señor que ni siquiera eches de menos los bienes de este mundo. El tiempo de penitencia también puede ser una fiesta cuando hay amor. Porque, cuando hay amor, gozas pensando que al Único que llena tu vida no te lo pueden quitar. Descubres entonces que puedes prescindir de todo menos de Cristo.

… Que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga. La tercera parte es la que convierte en fiesta las otras dos.

(TC0J)

Una oportunidad única

Hoy se te presenta una oportunidad única: la de una auténtica regeneración interior. Hoy puede ser el comienzo de tu muerte y el preludio de tu nuevo nacimiento como otro Cristo. Hoy tienes la posibilidad de ser limpiado de tus culpas y renovado por dentro.

Hoy comienza la Cuaresma. Y todo está por hacer; es tu oportunidad. Aprovéchala. Es el primero de cuarenta días de camino hacia la Cruz y, llegados allí, hacia el cielo. No caminarás solo; tus hermanos caminamos contigo. Es la Iglesia entera quien hoy se pone en marcha. No te quedes en tierra.

La ceniza sobre tu cabeza marca el punto de partida. Y, cuando la recibas, haz que caiga sobre un corazón contrito. Has pecado, has errado el camino, lo has hecho mal, has ofendido a Dios. Reconócelo, y trata de recibir el sacramento del Perdón en estos primeros días.

Y, ahora, tu programa cuaresmal. Cuando hagas limosna… Cuando oréis… Cuando ayunes… Bastarán tres propósitos pequeños y firmes. Uno que te mueva a romper el egoísmo y entregarte más al prójimo. Otro que te empuje a rezar más y mejor. Otro que te lleve a mortificar la carne con ayunos.

¡Adelante! Esto acaba de empezar.

(TC0X)

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad