Hoy es viernes. Buen día para prepararnos, desde la mañana, con actos de penitencia y sincera contrición, y contemplar, por la tarde, la Pasión de Cristo.
Y no nos vendrá mal, para lograr un sincero arrepentimiento de nuestras culpas, sustituir los nombres de Corozaín, Betsaida y Cafarnaún por los nuestros.
¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Pues si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido… Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al abismo.
Para que no te sientas señalado, pero te des por aludido, escribo mi oración:
Miro atrás, Señor, y recuerdo los milagros que has obrado en mí. Algunos no necesito ni recordarlos, pues los has hecho hace dos horas. ¡Lo que has hecho conmigo, Dios mío! ¡Cuántas heridas sanadas, cuántas cadenas rotas, cuántas tormentas calmadas! Debería tener los ojos fijos en Ti día y noche y, sin embargo… ¡Cuánta ingratitud! ¡Cuántas veces se vuelve mi mirada a las criaturas y te doy la espalda! ¡Cuánta deslealtad! Clava hoy mis ojos en tu Cruz, Jesús, báñalos en santas lágrimas, y no dejes que se aparten jamás de tu cuerpo entregado por mi amor.
(TOP26V)